Fotografía de A pair & a spare.
El año pasado, a mediados de octubre, noviembre… sentí la necesidad de
buscar alguna meta, objetivo, o algo que me recordara lo que no debería
volver hacer… o lo que sería más importante para mí en el 2015. No estaba muy
segura, pero rondaba la idea de visualizar mi meta con alguna frase o
conjunto de palabras que me permitiera volver a focalizar lo importante. Asi,
descubrí OneLittle Word® 2015 de Alis Edwards,
un Blog muy inspirador por cierto.
Leyendo la propuesta de Alis Edwards, fui
pensando en distintas palabras. ¡Vaya y me llevó un montón de meses! (No es
tarea fácil de verdad). Requiere de un autoconocimiento profundo de uno
mismo, de una introspección:
lograr observar su propia conciencia o sus estados de ánimo para
reflexionar sobre ellos.
Si estaba segura, de mi palabra con
la cual podría haberme identifícarme en el año anterior y sería la palabra:
“Complicado”.. Era, pues más fácil buscar lo que pasó. Pero fue allí, dónde me
dije a si misma: no quiero tener un año así nuevamente.Y así, a medida que
pasaron algunos meses del 2015, pensaba en Palabras como: balance, equilibrio,
prioridades…las escribía varias veces… pero aún sentía que algo faltaba…
Y fue hace una semana, que creo que
Dios me iluminó y como un obsequio apareció como una imagen mental la Palabra
SERENIDAD. La palabra me encontró a mí, finalmente.
Si!!!! Es lo que necesito desarrollar
en este año…La serenidad aquella
actitud del espíritu humano de responder ante cualquier evento o situación sin
dejarse arrebatar por sentimientos o emociones desestabilizadores. Una persona
serena es una persona pacífica, y en paz con su entorno y para con los demás.
La serenidad nos permite aceptarnos a nosotros mismos y a nuestros propios
sentimientos.
Aquí
les dejo varios artículos al respecto, sumamente interesantes:
Según el diccionario, una persona serena es
apacible, dulce en el trato, sosegada. Sin embargo, ¿se puede recurrir a la
serenidad cuando hay que afrontar problemas personales, laborales, sociales y
económicos? Sin duda, en estas circunstancias lo más común es sentirse
nervioso, irritable o molesto, pero justamente es la actitud menos saludable.
La serenidad es una sensación de bienestar que
nos permite focalizar las cosas que suceden a nuestro alrededor desde un
costado más activo. Las personas serenas logran pensar antes de decidir y no
se sienten demasiado asustadas, preocupadas o ansiosas por el porvenir.
Tampoco se recuestan en la infelicidad del pasado, ni fantasean posibles
catástrofes futuras. En realidad, quienes son más serenos pueden disfrutar de
la vida y pensar que podrán, en algún momento, superar los problemas.
Esto no significa esperar que las cosas pasen o
mejoren solas. Por el contrario, se trata de actuar de acuerdo a lo que cada
uno crea mejor para sí mismo y para lo que debe afrontar.
Tener serenidad puede requerir un arduo trabajo
personal, pero resulta fundamental para enfrentar las pérdidas y la
adversidad. Y aunque no existe una fórmula para aprender aquellas respuestas
serenas que le sirvan, es preciso tener en cuenta la importancia de vivir
aquí, ahora y con lo que existe... y cambiar, si de usted depende.
Por último: la serenidad no es indiferencia,
complacencia ni ignorancia. Es una virtud saludable que nos abre la
posibilidad de mejorar nuestra calidad de vida.
En épocas difíciles es importante valorar lo que
se hace con el tiempo propio. Las personas que se mantienen calmas
acostumbran “tomarse su tiempo”; es decir, se adueñan del mismo y lo usan en
forma provechosa para su cuerpo, su mente. Esta actitud facilita el
pensamiento, una herramienta mucho más saludable que la ira. Con el
pensamiento y la voluntad acude el discernimiento.
Según un estudio realizado por Isabel Salama
(Psicóloga Clínica)
isabelsalama@yahoo.es
La serenidad:
Se trata de conseguir un estado de
serenidad, y, vistas las definiciones y las actitudes tanto que no llevan a
ella, como las que las llevan, es todo un trabajo en profundidad sobre uno
mismo de autoconocimiento y consciencia.
Pero no es fácil para la gran mayoría de las
personas y podemos decir que encontramos pocas personas serenas en la vida, las
cuales, si tenemos la fortuna de encontrarlas, nos asombran y nos llaman la
atención. Casi en algunos casos podríamos decir que son personas desadaptadas,
ya que ¿cómo se puede ser sereno y tranquilo en un mundo así? Incluso hay veces
que las llamamos inconscientes, porque siempre hay motivo de preocupación y es
casi más adaptativo en nuestra sociedad hablar de angustias, penas y tristezas
que hablar de lo agradable que es vivir, de lo bien que se está en nuestra
casa, de lo formidable y armónico que es contemplar los medios naturales o de
lo bien que ve uno su vida y su porvenir y la de los suyos. Es así que los
criterios de normalidad, desde el punto de vista estadístico, es estar
intranquilo y con ansiedad sobre qué pasará mañana o está pasando ahora,
basándose en las pruebas de qué pasó anteriormente.
Todo el mundo, aunque no se sepa ni se diga, está
buscando un espacio de calma, de serenidad y de tranquilidad en su vida. Muchas
veces esta búsqueda es infructuosa porque no se han aprendido los métodos para
llegar a encontrarla.
Desde mi punto vista la serenidad no es en nuestra
sociedad un estado perpétuo que uno busque, porque nuestra sociedad está basada
en el movimiento, en la búsqueda, en la competitividad, en el consumo, en el
qué pasará y cómo podré asegurar mi vida y la de los míos, en las necesidades
creadas sin las cuales uno queda atrás y en un largo número de etcéteras que
justamente interrumpen los estados de serenidad. Serían estados momentáneos que
luego le permiten a uno mantener dicho movimiento y visión que tiene uno
de lo que ocurre alrededor, sin sentirse afectado ni turbado.
Dichos estados de serenidad todos los hemos
vivido en algún momento, cuando hemos podido o de repente sin darnos cuenta ha
ocurrido que hemos parado nuestra mente. Ahí es dónde podemos recordar cada
uno, qué pasó en ése preciso momento en que no estábamos preocupados. Este es
un ejercicio en el que uno puede encontrar confianza en que uno es capaz de
hallar serenidad en su vida
Es la mente la que nos atormenta, que hace ruido,
que es insegura, que teme, añora, desea y tortura tanto a uno mismo como a los
demás a través de los juicios de valor y del maltratarse a uno mismo y a los
demás.
Parar la mente a través de los ejercicios que se
proponen de autocontrol emocional a lo largo de los tiempos, puede ser una
clave para la recuperación de los estados de ansiedad: ejercicios de
relajación, ejercicios de respiración consciente, frases tranquilizadoras
repetidas conscientemente cuando ataca la ansiedad, contemplación de la
belleza, tareas ocupacionales que distraen la mente ruidosa o a cada uno lo que
le funcione: ejercicio físico, contacto con seres humanos que le tranquilizan a
uno, contacto y comunicación con la Naturaleza y respeto por los seres que
viven en ella, contacto con los animales, meditación, lectura o cualquier
actividad que a uno le ponga concentrado y atento a lo que uno está
haciendo.
Para conseguir un estado sereno en la vida, el
trabajo tiene como clave la constancia en los ejercicios o en el trabajo que
uno mismo hace consigo mismo. No se consigue un estado sereno en la vida, que
se podría traducir como una nueva visión de las circunstancias y una
recuperación de la confianza básica en la vida, en lo que ha venido, en lo que
viene o en lo que está por venir, sin dicha constancia.
Dicha confianza básica que es la de todos los seres
humanos al nacer, tarde o temprano se pierde para pasar a crear unos mecanismos
de defensa productos de una gran frustración vital cuando el niño comprueba que
no recibe amor y aceptación incondicional y seguridad en su supervivencia, sino
que tiene que ganárselo a base de una serie de estrategias que conformarán la
personalidad o máscara con la que se cubre dicha confianza básica en la
búsqueda de dicha incondicionalidad, aceptación y amor de su persona y en el
desempeño de una función en la vida con la cual mantener las funciones vitales
aseguradas.
La serenidad es aceptación y confianza,
tranquilidad y fe, tanto en uno mismo como en las circunstancias que nos rodean
que han ocurrido, ocurren y ocurrirán. Aceptación es: valoración,
agradecimiento, comprensión y encuadre de que lo que ocurre a nuestro
alrededor, y cuando por fin uno aprende que no es más que producto de las
actitudes, pensamientos y sentimientos, es decir, son consecuencias lógicas de
lo que uno ha emitido en la vida.
El cambio de las actitudes reactivas a las
actitudes conscientes y producto de un cambio en la persona, es lo único que
podrá convertir una actitud miedosa y desintegrada en la vida a una actitud de
serenidad, de tranquilidad, de calma y de aceptación.
Hay veces que hasta que uno no se satura de sufrir
, no somete su sistema de creencias a una revisión y un cambio, pero cada uno
podríamos pensar en las consecuencias que nos podría traer dicha revisión y
dicho cambio: la serenidad que es el camino hacia la felicidad. Todos deseamos
ser felices y esta vida es una perpétua búsqueda de la felicidad y el amor,
aunque a veces parezca lo contrario. Esto se descubre cuando uno profundiza en
uno mismo y lo comprueba y lo ve.
Algunas citas geniales y muy inspiradoras además de ilustrativas:
"Si soy
incapaz de lavar los platos con alegría, si quiero terminar pronto para
sentarme y tomar el postre, también seré incapaz de disfrutar el sabor de ese
postre. Con el tenedor en la mano, pensaré en lo que tengo que hacer después, y
su textura, su aroma y el placer de comerlo se perderán. Siempre seré
arrastrado hacia el futuro y nunca seré capaz de vivir el momento
presente".
Thich Nhat Hanh
"Si alguna
vez debe haber paz, llegará a través de ser, no de tener."
Henry Miller
La serenidad no es estar a salvo de la tormenta,
sino encontrar la paz en medio de ella.
Thomas de Kempis
Por lo tanto
Serenidad: significa
tranquilidad, silencio, estabilidad, solemnidad, familiaridad, tranquilidad,
serenidad es el opuesto de ligereza, intranquilidad, duda o indecisión
Este hombre de paz, de integridad y armonía
confirmado y equipado con serenidad es dignificado, equilibrado, confiable,
seguro y solemne en su comportamiento, y se contiene y es cuidadoso en sus
relaciones con el mundo y la vida.
Esto me recuerda a Jesús, en los 40
días en el desierto. Un lugar ante todo de silencio y de
soledad, que nos permite alejarnos de las ocupaciones cotidianas para
encontrarnos con Dios. Un estado de serenidad. Por eso, Al Jesús que
encontramos en el desierto es uno de los más hermosos de todo el evangelio pues
nos enseña, en todo su esplendor, la hermosura misma del potencial humano
cuando este está lleno de Dios.
Les recomiendo el ejercicio de
buscar una palabra...
Saludos y que tengan una vida
creativa.!!!!!
El año pasado, a mediados de octubre, noviembre… sentí la necesidad de
buscar alguna meta, objetivo, o algo que me recordara lo que no debería
volver hacer… o lo que sería más importante para mí en el 2015. No estaba muy
segura, pero rondaba la idea de visualizar mi meta con alguna frase o
conjunto de palabras que me permitiera volver a focalizar lo importante. Asi,
descubrí OneLittle Word® 2015 de Alis Edwards,
un Blog muy inspirador por cierto.
Leyendo la propuesta de Alis Edwards, fui
pensando en distintas palabras. ¡Vaya y me llevó un montón de meses! (No es
tarea fácil de verdad). Requiere de un autoconocimiento profundo de uno
mismo, de una introspección:
lograr observar su propia conciencia o sus estados de ánimo para
reflexionar sobre ellos.
Si estaba segura, de mi palabra con
la cual podría haberme identifícarme en el año anterior y sería la palabra:
“Complicado”.. Era, pues más fácil buscar lo que pasó. Pero fue allí, dónde me
dije a si misma: no quiero tener un año así nuevamente.Y así, a medida que
pasaron algunos meses del 2015, pensaba en Palabras como: balance, equilibrio,
prioridades…las escribía varias veces… pero aún sentía que algo faltaba…
Y fue hace una semana, que creo que
Dios me iluminó y como un obsequio apareció como una imagen mental la Palabra
SERENIDAD. La palabra me encontró a mí, finalmente.
Si!!!! Es lo que necesito desarrollar
en este año…La serenidad aquella
actitud del espíritu humano de responder ante cualquier evento o situación sin
dejarse arrebatar por sentimientos o emociones desestabilizadores. Una persona
serena es una persona pacífica, y en paz con su entorno y para con los demás.
La serenidad nos permite aceptarnos a nosotros mismos y a nuestros propios
sentimientos.
Aquí
les dejo varios artículos al respecto, sumamente interesantes:
Según el diccionario, una persona serena es
apacible, dulce en el trato, sosegada. Sin embargo, ¿se puede recurrir a la
serenidad cuando hay que afrontar problemas personales, laborales, sociales y
económicos? Sin duda, en estas circunstancias lo más común es sentirse
nervioso, irritable o molesto, pero justamente es la actitud menos saludable.
La serenidad es una sensación de bienestar que
nos permite focalizar las cosas que suceden a nuestro alrededor desde un
costado más activo. Las personas serenas logran pensar antes de decidir y no
se sienten demasiado asustadas, preocupadas o ansiosas por el porvenir.
Tampoco se recuestan en la infelicidad del pasado, ni fantasean posibles
catástrofes futuras. En realidad, quienes son más serenos pueden disfrutar de
la vida y pensar que podrán, en algún momento, superar los problemas.
Esto no significa esperar que las cosas pasen o
mejoren solas. Por el contrario, se trata de actuar de acuerdo a lo que cada
uno crea mejor para sí mismo y para lo que debe afrontar.
Tener serenidad puede requerir un arduo trabajo
personal, pero resulta fundamental para enfrentar las pérdidas y la
adversidad. Y aunque no existe una fórmula para aprender aquellas respuestas
serenas que le sirvan, es preciso tener en cuenta la importancia de vivir
aquí, ahora y con lo que existe... y cambiar, si de usted depende.
Por último: la serenidad no es indiferencia,
complacencia ni ignorancia. Es una virtud saludable que nos abre la
posibilidad de mejorar nuestra calidad de vida.
En épocas difíciles es importante valorar lo que
se hace con el tiempo propio. Las personas que se mantienen calmas
acostumbran “tomarse su tiempo”; es decir, se adueñan del mismo y lo usan en
forma provechosa para su cuerpo, su mente. Esta actitud facilita el
pensamiento, una herramienta mucho más saludable que la ira. Con el
pensamiento y la voluntad acude el discernimiento.
|
Según un estudio realizado por Isabel Salama
(Psicóloga Clínica)
isabelsalama@yahoo.es
La serenidad:
Se trata de conseguir un estado de
serenidad, y, vistas las definiciones y las actitudes tanto que no llevan a
ella, como las que las llevan, es todo un trabajo en profundidad sobre uno
mismo de autoconocimiento y consciencia.
Pero no es fácil para la gran mayoría de las
personas y podemos decir que encontramos pocas personas serenas en la vida, las
cuales, si tenemos la fortuna de encontrarlas, nos asombran y nos llaman la
atención. Casi en algunos casos podríamos decir que son personas desadaptadas,
ya que ¿cómo se puede ser sereno y tranquilo en un mundo así? Incluso hay veces
que las llamamos inconscientes, porque siempre hay motivo de preocupación y es
casi más adaptativo en nuestra sociedad hablar de angustias, penas y tristezas
que hablar de lo agradable que es vivir, de lo bien que se está en nuestra
casa, de lo formidable y armónico que es contemplar los medios naturales o de
lo bien que ve uno su vida y su porvenir y la de los suyos. Es así que los
criterios de normalidad, desde el punto de vista estadístico, es estar
intranquilo y con ansiedad sobre qué pasará mañana o está pasando ahora,
basándose en las pruebas de qué pasó anteriormente.
Todo el mundo, aunque no se sepa ni se diga, está
buscando un espacio de calma, de serenidad y de tranquilidad en su vida. Muchas
veces esta búsqueda es infructuosa porque no se han aprendido los métodos para
llegar a encontrarla.
Desde mi punto vista la serenidad no es en nuestra
sociedad un estado perpétuo que uno busque, porque nuestra sociedad está basada
en el movimiento, en la búsqueda, en la competitividad, en el consumo, en el
qué pasará y cómo podré asegurar mi vida y la de los míos, en las necesidades
creadas sin las cuales uno queda atrás y en un largo número de etcéteras que
justamente interrumpen los estados de serenidad. Serían estados momentáneos que
luego le permiten a uno mantener dicho movimiento y visión que tiene uno
de lo que ocurre alrededor, sin sentirse afectado ni turbado.
Dichos estados de serenidad todos los hemos
vivido en algún momento, cuando hemos podido o de repente sin darnos cuenta ha
ocurrido que hemos parado nuestra mente. Ahí es dónde podemos recordar cada
uno, qué pasó en ése preciso momento en que no estábamos preocupados. Este es
un ejercicio en el que uno puede encontrar confianza en que uno es capaz de
hallar serenidad en su vida
Es la mente la que nos atormenta, que hace ruido,
que es insegura, que teme, añora, desea y tortura tanto a uno mismo como a los
demás a través de los juicios de valor y del maltratarse a uno mismo y a los
demás.
Parar la mente a través de los ejercicios que se
proponen de autocontrol emocional a lo largo de los tiempos, puede ser una
clave para la recuperación de los estados de ansiedad: ejercicios de
relajación, ejercicios de respiración consciente, frases tranquilizadoras
repetidas conscientemente cuando ataca la ansiedad, contemplación de la
belleza, tareas ocupacionales que distraen la mente ruidosa o a cada uno lo que
le funcione: ejercicio físico, contacto con seres humanos que le tranquilizan a
uno, contacto y comunicación con la Naturaleza y respeto por los seres que
viven en ella, contacto con los animales, meditación, lectura o cualquier
actividad que a uno le ponga concentrado y atento a lo que uno está
haciendo.
Para conseguir un estado sereno en la vida, el
trabajo tiene como clave la constancia en los ejercicios o en el trabajo que
uno mismo hace consigo mismo. No se consigue un estado sereno en la vida, que
se podría traducir como una nueva visión de las circunstancias y una
recuperación de la confianza básica en la vida, en lo que ha venido, en lo que
viene o en lo que está por venir, sin dicha constancia.
Dicha confianza básica que es la de todos los seres
humanos al nacer, tarde o temprano se pierde para pasar a crear unos mecanismos
de defensa productos de una gran frustración vital cuando el niño comprueba que
no recibe amor y aceptación incondicional y seguridad en su supervivencia, sino
que tiene que ganárselo a base de una serie de estrategias que conformarán la
personalidad o máscara con la que se cubre dicha confianza básica en la
búsqueda de dicha incondicionalidad, aceptación y amor de su persona y en el
desempeño de una función en la vida con la cual mantener las funciones vitales
aseguradas.
La serenidad es aceptación y confianza,
tranquilidad y fe, tanto en uno mismo como en las circunstancias que nos rodean
que han ocurrido, ocurren y ocurrirán. Aceptación es: valoración,
agradecimiento, comprensión y encuadre de que lo que ocurre a nuestro
alrededor, y cuando por fin uno aprende que no es más que producto de las
actitudes, pensamientos y sentimientos, es decir, son consecuencias lógicas de
lo que uno ha emitido en la vida.
El cambio de las actitudes reactivas a las
actitudes conscientes y producto de un cambio en la persona, es lo único que
podrá convertir una actitud miedosa y desintegrada en la vida a una actitud de
serenidad, de tranquilidad, de calma y de aceptación.
Hay veces que hasta que uno no se satura de sufrir
, no somete su sistema de creencias a una revisión y un cambio, pero cada uno
podríamos pensar en las consecuencias que nos podría traer dicha revisión y
dicho cambio: la serenidad que es el camino hacia la felicidad. Todos deseamos
ser felices y esta vida es una perpétua búsqueda de la felicidad y el amor,
aunque a veces parezca lo contrario. Esto se descubre cuando uno profundiza en
uno mismo y lo comprueba y lo ve.
"Si soy
incapaz de lavar los platos con alegría, si quiero terminar pronto para
sentarme y tomar el postre, también seré incapaz de disfrutar el sabor de ese
postre. Con el tenedor en la mano, pensaré en lo que tengo que hacer después, y
su textura, su aroma y el placer de comerlo se perderán. Siempre seré
arrastrado hacia el futuro y nunca seré capaz de vivir el momento
presente".
Thich Nhat Hanh
"Si alguna
vez debe haber paz, llegará a través de ser, no de tener."
Henry Miller
La serenidad no es estar a salvo de la tormenta,
sino encontrar la paz en medio de ella.
Thomas de Kempis
Por lo tanto
Serenidad: significa
tranquilidad, silencio, estabilidad, solemnidad, familiaridad, tranquilidad,
serenidad es el opuesto de ligereza, intranquilidad, duda o indecisión
Este hombre de paz, de integridad y armonía
confirmado y equipado con serenidad es dignificado, equilibrado, confiable,
seguro y solemne en su comportamiento, y se contiene y es cuidadoso en sus
relaciones con el mundo y la vida.
Esto me recuerda a Jesús, en los 40
días en el desierto. Un lugar ante todo de silencio y de
soledad, que nos permite alejarnos de las ocupaciones cotidianas para
encontrarnos con Dios. Un estado de serenidad. Por eso, Al Jesús que
encontramos en el desierto es uno de los más hermosos de todo el evangelio pues
nos enseña, en todo su esplendor, la hermosura misma del potencial humano
cuando este está lleno de Dios.
Les recomiendo el ejercicio de
buscar una palabra...
Saludos y que tengan una vida
creativa.!!!!!
1 comentario:
Comparto 100%! SERENIDAD para mi, es dejar de lado al fastidioso EGO, que siempre quiere enfrentarse, imponerse, lucirse como si fuera el mas importante! :(
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